¿Tienen sentido las Dietas Disociativas?

En primer lugar, unas aclaraciones sobre las dietas milagro:

Que se encuentran al alcance de todos y podemos acceder a ellas a través de distintas publicaciones en prensa, televisión, herbolarios, internet, o incluso nos son transmitidas por conocidos, familiares, famosos, deportistas o personas de referencia. 

Se basan en informaciones incorrectas o incluso falsas y es común a todas ellas: un aporte energético bajo, restricción de alimentos justificado con otros fundamentos, no tienen en cuenta la ingesta de micronutrientes y sus respectivas consecuencias y no logran corregir malos hábitos alimentarios por lo que favorecen el llamado “efecto rebote”. Prometen resultados inmediatos, prohíben alimentos, exageran realidades científicas, aconsejan productos dietéticos, incluyen relatos para aportar credibilidad y contienen afirmaciones que contradicen la evidencia científica. 

Sus constantes aseveraciones incumplen la legislación. Atribuyen capacidad adelgazante a proteínas, cuando no existen pruebas que sustenten tal teoría y ocasionan numerosos daños asociados al seguimiento de estas dietas.

El efecto YO-YO o rebote es común a todas ellas y es que tras la restricción calórica sufrida durante la práctica el organismo reacciona disminuyendo la tasa de metabolismo basal. Al abandonar la dieta “mágica” debido muchas veces a lo monótono de la misma, se come más, y al haber disminuido el metabolismo se engorda.

Dietas disociativas:

Preconizan una digestión independiente para los diferentes nutrientes. En los tratados de fisiología, los autores se ven obligados, debido a la enorme complejidad de esta ciencia, a parcelarla y estudiar por separado cada uno de los sistemas que forman y actúan en el organismo lo que podría llevar a pensar que dichos sistemas actúan independientemente, pero esto no es así. Existe un todo armonizado y en el que tienen lugar las diferentes funciones perfectamente sincronizadas e interdependientes. La realidad es que la digestión actúa como un todo y los procesos que la componen están absolutamente armonizados siendo su función, precisamente, digerir una dieta en la que van a aparecer estos componentes conjuntamente, de hecho, los alimentos no se componen de un solo macronutriente puesto que cuentan en su composición con una mezcla de todos ellos en distintas proporciones, por ejemplo:

ALIMENTO (100 g)

Hidratos  carbono %

Proteínas %

Lípidos %

Agua %

Pan blanco de trigo

49.42

8.85

3.33

36.42

Arroz integral hervido

24.6

2.5

0.75

70.8

Kéfir

4.8

3.3

3.5

88

Tofu

0.7

8.1

4.2

86.7

Lentejas cocidas

54.8

23

1.7

9.3

Fuente: Usda, Bedca, Moreiras

Como ves, sería muy difícil por no decir imposible disociar los distintos macronutrientes de un alimento, por lo que siempre los ingieres en distintas proporciones. 

Por otro lado, tampoco existen distintas rutas metabólicas en función de la hora del día que hagan que proteínas, hidratos de carbono o lípidos se metabolicen de forma distinta; y todos ellos aportan calorías: 

  • 1 g de Proteínas = 4 kcal
  • 1 g de hidratos de carbono = 3.75 kcal
  • 1 g de lípidos = 9 kcal
  • 1 g de alcohol= 7 kcal
  • Todo exceso calórico indistintamente del macronutriente del que provenga se acumulará en los depósitos grasos del organismo. 

Este tipo de dieta categorizada como mágica, milagro o aberrante está concebida para la pérdida milagrosa y rápida de peso y basa su éxito en que “ordena” los hábitos alimentarios de aquellos que no los tienen, al mismo tiempo que  de forma indirecta restringe el consumo de alimentos en general, por lo que pueden resultar hipocalóricas. Cabe destacar que esta categoría de dietas sin base científica pueden causar diversas deficiencias de micronutrientes y trastornos metabólicos, entre otros.

INDICE

Más
Noticias

Ir al contenido