¿Qué es la Dispepsia?
El término dispepsia se refiere a las molestias y/o dolor localizado en la parte alta del abdomen [3].
El diagnóstico de dispepsia funcional es un diagnóstico por exclusión y se define por la presencia de síntomas atribuibles al tracto gastroduodenal donde no se han identificado causas de carácter orgánico, sistémico o metabólico subyacente que pudieran explicar la clínica del paciente.
El Consenso de Roma III no aclara qué exploraciones son necesarias, pero generalmente se considera que la analítica y la endoscopia deben ser normales. Roma III también establece que debe excluirse o eliminarse la infección por H. pylori ya que es una causa conocida de dispepsia. Actualmente algunos autores recomiendan también realizar biopsia duodenal para descartar enteropatía sensible al gluten y giardiasis, pero no existe un consenso definitivo a este respecto [3].
Estas molestias pueden presentar mayor o menor frecuencia e intensidad de síntomas, y acompañarse de:
- náuseas,
- hinchazón abdominal,
- acidez,
- digestión pesada,
- eructos,
- regurgitaciones (regreso de la comida desde el estómago a la boca)
- y vómitos.
Los síntomas pueden clasificarse en dos categorías de acuerdo con los criterios de Roma III:
1) síntomas inducidos por la comida (síndrome de distrés posprandial), y
2) predominio del dolor epigástrico (síndrome del dolor epigástrico) [3] [4].
Algunas personas sólo se quejan de dolor y otras de hinchazón, acidez o de náuseas, mientras que otras presentan indigestión, pero en general todas presentan cierto malestar en esta zona del abdomen [3].
Los mecanismos fisiopatológicos de la dispepsia funcional son desconocidos y probablemente múltiples [3].
En pacientes con síntomas de dispepsia se recomienda realizar una historia clínica detallada para orientar el diagnóstico inicial y descartar síndrome de intestino irritable (SII), sospechar de enteropatía sensible al gluten.
Tratamiento de Dispepsia funcional
En pacientes con dispepsia y endoscopia normal se recomienda descartar o tratar la infección por H. pylori antes de establecer el diagnóstico de dispepsia funcional.
En los pacientes con dispepsia funcional con predominio de dolor epigástrico se recomiendan como opción terapéutica inicial los antisecretores, especialmente los IBP.
En los pacientes con dispepsia funcional con predominio de saciedad y plenitud posprandial se sugieren los procinéticos como opción terapéutica inicial.
En los pacientes con dispepsia funcional que no responden al tratamiento de primera línea se sugiere combinar ambos fármacos (IBP, si es necesario a dosis dobles, más procinético) [3].
Medidas higiénico dietéticas en la Dispepsia funcional
El tratamiento de la dispepsia funcional es sintomático enfocado en la mejoría clínica de los síntomas. Además, la respuesta a placebo es muy elevada (hasta un 60%) y los estudios sobre la mayoría de fármacos o intervenciones son de calidad limitada, por lo que los datos sobre la eficacia de las distintas aproximaciones terapéuticas son en su mayoría no concluyentes [3].
Los pacientes con DF a menudo tienden a autodiagnosticarse con “intolerancias alimentarias” y restringen arbitrariamente su dieta, únicamente sobre la base de su experiencia personal o información anecdótica de fuentes cuestionables. Estas dietas de eliminación improvisadas a menudo son nutricionalmente desequilibradas y, si se prolongan, podrían causar deficiencias nutricionales. Además, las dietas de exclusión a largo plazo podrían aumentar la ansiedad hacia ese alimento.
Este bucle inadecuado lleva a los pacientes funcionales a perpetuar estos comportamientos de evitación alimentaria y a convencerse erróneamente de ser “intolerantes” a alimentos desencadenantes específicos [4].
Muchos pacientes con dispepsia funcional presentan síntomas asociados con la ingesta de alimentos. Actualmente se dispone de pocos estudios que hayan evaluado las diferentes intervenciones específicas sobre la dieta (evitar ciertos alimentos, comer despacio, masticación adecuada, comidas frecuentes y no copiosas…).
No obstante, algunos pacientes pueden beneficiarse de consejos sobre estilos de vida saludables como:
- dejar de fumar,
- disminuir la ingesta de alcohol,
- y tratar el sobrepeso
Además, la acomodación defectuosa del estómago proximal y el retraso en el vaciamiento gástrico se reconocen como dos de los principales mecanismos implicados en la patogenia de la DF.
- Ingesta calórica
La ingesta calórica de pacientes con DF puede verse alterada por una saciedad máxima que se alcanza con una cantidad calórica significativamente menor, aunque esto no se correlaciona necesariamente con una pérdida de peso consistente.
Así mismo, también se ha descrito un deterioro de la capacidad de beber agua y comida líquida en pacientes con DF [4].
La evidencia actual sugiere que probablemente el volumen de comida y la distensión gástrica podrían estar implicados en el desencadenamiento de los síntomas, en lugar de la ingesta calórica per se. Por tanto, el consumo de comidas pequeñas y frecuentes puede ser un consejo razonable para reducir los síntomas de la DF [4].
2. Composición de nutrientes y síntomas de FD
Papel de las manipulaciones dietéticas y alimentos específicos en la fisiopatología de la dispepsia funcional. ASIC: canales iónicos sensibles al ácido; CCK: colecistoquinina; DF: dispepsia funcional; FODMAP: oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables; TRPA: anquirina de potencial receptor transitorio; TRPV: Receptor de potencial transitorio vaniloide.
El consumo de alimentos puede influir en las funciones gastrointestinales mediante estimulación mecánica o química.
Una revisión reciente, que analizó sistemáticamente más de 6400 estudios, concluyó que el trigo y los alimentos ricos en grasas son dos de los principales actores en la DF. Los principales mecanismos por los cuales los alimentos grasos podrían exacerbar los síntomas de la DF están relacionados con el retraso del vaciado gástrico y la hipersensibilidad a las hormonas gastrointestinales.
Se ha demostrado que una comida rica en grasas puede inducir mayor náusea, dolor y saciedad tanto respecto a una comida baja en calorías como a una comida equicalórica, alta en carbohidratos para el mismo volumen.
Se sabe poco sobre el impacto de las comidas ricas en proteínas sobre los síntomas dispépticos y tampoco está claro el papel de los carbohidratos en los síntomas de la DF, en cambio, una alta carga glucémica parecía estar asociada con un mayor riesgo de dispepsia crónica y acidez estomacal no investigadas, en sujetos masculinos con peso corporal normal.
Además, una comida de alto índice glucémico determina fisiológicamente un aumento de la liberación de péptido 1 similar al glucagón y colecistoquinina (CCK), lo que puede, a su vez, retrasar el vaciado gástrico e inducir saciedad prolongada [4].
Un análisis de la literatura reciente mostró que los alimentos culpables más comunes, reconocidos por los pacientes con DF, parecían tener una alta concentración de:
- gluten (productos de granos/trigo, alimentos para llevar, alimentos procesados) u
- oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables (FODMAP) contenidos en frutas, trigo y cereales, refrescos, alimentos procesados [4].
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- Posible aplicación de la libre de Dieta Fodmap
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Los FODMAP son un grupo de carbohidratos osmóticamente activos y de absorción pobre, que se encuentran naturalmente en una amplia variedad de alimentos comunes. Y son ampliamente aceptados como desencadenantes potenciales de síntomas gastrointestinales en trastornos gastrointestinales funcionales, particularmente en el síndrome del intestino irritable (SII) y síntomas intestinales funcionales residuales en enfermedades inflamatorias intestinales.
La combinación de producción anormal de gas, causada por un aumento de la fermentación intestinal, y la retención de agua luminal secundaria a su actividad osmótica, parece aumentar la distensión abdominal e inducir dolor y distensión abdominales en pacientes con sensibilidad visceral alterada.
Además de estos efectos bien conocidos, su impacto en la fisiopatología de la EF podría estar relacionado con cambios cualitativos en la composición del microbioma y/o en la homeostasis duodenal secundaria a una mayor inflamación duodenal.
Cabe destacar que se encuentra un alto grado de superposición entre la DF, la enfermedad por reflujo gastroesofágico y el SII. Por ejemplo, los efectos de una dieta baja en FODMAP en la DF podrían verse ensombrecidos por la superposición con los síntomas del SII, subestimando o sobreestimando los efectos de este enfoque dietético en pacientes con DF [4].
Por otro lado, la relación dietista-paciente es fundamental para una adecuada comunicación y seguimiento.
- Fármacos antidepresivos y tratamiento psicológico en la Dispepsia
La posible relación entre las alteraciones psicológicas y psiquiátricas y los trastornos funcionales ha conducido al estudio de diferentes intervenciones psicológicas y farmacológicas en los pacientes con dispepsia funcional. Aunque los resultados son prometedores no hay datos suficientes para confirmar la eficacia de la intervención psicológica en la dispepsia funcional.
A pesar de que no hay datos suficientes para confirmar la eficacia de la intervención psicológica en la dispepsia algunos pacientes especialmente complicados se podrían beneficiar de intervenciones psicológicas en centros especializados. En la actualidad no se recomienda el uso sistemático de intervenciones psicológicas [3].
2. Otras terapias:
Aunque en los pacientes con dispepsia funcional se sugiere no utilizar productos medicinales herbales (nivel de evidencia leve), una revisión sistemática valoró la utilidad de los preparados con hierbas medicinales (incluye varios ECA que evalúan el peppermint) y muestra una mejoría de los síntomas de la dispepsia funcional en el 60–95% de los pacientes. Bien es cierto que, con el uso de estos preparados también se han descrito diversos efectos adversos. Además, en nuestro medio estos preparados no han sido estudiados y sería necesario investigarlos más para confirmar su valor terapéutico [3].
Una revisión sistemática muestra que el Iberogast (preparado herbal STW-5) es más eficaz que el placebo en la mejoría de síntomas gastrointestinales y que es aparentemente seguro. Otro ECA que comparaba STW-5 frente a placebo, también indica una mejoría de la respuesta en el grupo de intervención con Iberogast, aunque la calidad metodológica es limitada, además se desconocen los componentes exactos de este producto. Es un preparado no estudiado en nuestro medio y sería necesaria más investigación para confirmar su valor terapéutico [3].
Actualmente, según indica un protocolo Cochrane se está realizando una revisión para evaluar la eficacia y seguridad de diversas intervenciones como la acupuntura y otras intervenciones de la medicina china en el tratamiento de la dispepsia funcional.